«Ningún experimento es tan tonto que no merezca la pena intentarlo»
Walter Gerlach, físico alemán
El 1º día de clase ya pasó pero, ¡quizá a estas alturas no hayáis llevado al alumnado todavía al laboratorio!
O quizá es que, en realidad, no pensáis llevarlos… ¡NUNCAAA!
Por si las moscas. Si no que se lo digan al niño pelirrojo – un poco empanado – que aparece de la nada en este video de Mr. Bean:
Es cierto que la ratio muchas veces imposibilita cualquier intento (los 27 alumnos que tengo en 3º ESO A me lo van a poner complicado cuando comencemos con las disecciones).
Por otro lado, reconozcamos que hay ciertos grupos con los que no se puede pisar el laboratorio sin que acabe pasando algún suceso no deseado. Si se te ocurre despistarte buscando un mechero o los portaobjetos – ¡craso error! – puede acabar una probeta en el suelo, desencadenarse una guerra de agua con las pipetas o que alguno esté haciéndose selfies al lado del esqueleto (es fácil imaginarme a los 16 hombretones que tengo en FPB1 en alguna de esas tesituras, la verdad).
Pero, ¿por qué no intentarlo? Si sale mal, ya no se les vuelve a llevar más. Y punto. Eso sí, aquí va una recomendación: ¡absteneos de tener el ácido sulfúrico o los bisturíes a mano en la 1ª toma de contacto!
En este post os relataré como podéis introducir, de una forma diferente, las normas y el material de laboratorio que se utiliza en Biología y Geología.