CRISTALIZACIÓN: Expectations Vs Reality

Con motivo de la participación, junto a tres de mis alumn@s de 4ESO, en la próxima edición del concurso «Cristalización en la escuela» organizado por la Ciudad de la Artes y Las Ciencias de Valencia, he decidido comenzar una serie de posts sobre mis aventuras y desventuras con la cristalización.

Antes de describir cómo mis alumn@s van a conseguir los cristales preciosos de ADP que nos permitan ganar el concurso (¡de ilusión también se vive!) creo que es justo y necesario relatar todos los tremendos fails que me han traído hasta aquí. Especialmente, cuando he confiado en YouTube o Pinterest como aliados para obtener protocolos de cristalización…

Prácticamente todos los docentes de Ciencias en Secundaria han probado alguna vez con su alumnado a cristalizar Sulfato de Cobre (II). Precisamente, a principio de curso realicé otra vez esta experiencia con 3PMAR al hablar de la separación de mezclas. En este caso, no es complicado obtener cristales (eso sí, algunos más vistosos que otros), con su forma y color azul característicos, mediante la evaporación de una solución saturada / sobresaturada de CuSO4.

Sin embargo, en Internet aparecen miles de tutoriales de YouTube o imágenes de cristales en Pinterest que son muchísimo más bonitos y se han obtenido en casa con otras sustancias, algunas tan comunes como la sal o el azúcar.

Pero, ¿qué tienen de verdad dichos experimentos caseros?

Tras probar varios de ellos, puedo afirmar que poco. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

¡Lo mismito que ocurre con algunas fotos subidas a Instagram cuando las comparas con esa persona en la vida real y acabada de levantar!

Cristalización del azúcar: «Homemade rock candy» 

Para obtener «rock candy» (= ¿piruletas rocosas?) solo se necesita azúcar, colorantes alimentarios y palitos de madera. Por supuesto, para realizarlo en el laboratorio, es necesario un cazo, un trípode y un mechero Bunsen o Labogas.

Este hombre tatuado lo explica muy bien (en inglés, eso sí):

En definitiva, se calienta agua en un cazo, se disuelven cantidades industriales de azúcar y se reparte la mezcla en varios vasos de plástico. Se añaden entonces unas gotitas de colorante alimentario y un palito de piruleta a cada vaso. El palito debe quedar suspendido en la solución por cualquier medio que tengáis a vuestro alcance, ahí queda eso.

En la imagen se puede apreciar que mis alumn@s se las ingeniaron con pajitas, celo y gomas de pelo. Como se trataba de estudiantes de 1BAC, decidimos poner en práctica el método científico e incluir núcleos de cristalización (azúcar pegado) a uno de los palitos (azul) y al otro no (rojo).

Tras unos 7-8 días intentando que no se formara una capa dura de azúcar en la superficie, éste fue el resultado:

En cuanto al uso de núcleos o no, la diferencia salta a la vista, ¿no?

A diferencia de los de Pinterest, nuestras piruetas rocosas no parecían muy apetitosas.

Así que NO nos atrevimos a comérnoslas, la verdad.

Cristalización del Bórax

Aunque un poco difícil de conseguir (sólo algunas droguerías lo suministran online), el bórax es imprescindible en varios de mis experimentos estrella. Un día os comentaré cómo elaborar el adorado slime con el que siempre sueña tu alumnado. Éxito asegurado.

Volviendo al tema del post, otro experimento que he intentado es cristalizar bórax obteniendo distintas formas modeladas previamente con limpiapipas de chenilla (es la traducción al español que he encontrado de los pipe-cleaners de toda la vida).

Para ello, es necesario preparar una solución sobresaturada de bórax. La verdad es que en este caso ni curva de solubilidad ni cantidades protocolarias, la táctica que yo seguí fue un más bien a grosso modo. Básicamente, lo que hice es calentar agua en el laboratorio con un cazo en el Labogas y disolver bórax hasta que la solución no admitía más.  Posteriormente, añadimos colorantes alimentarios y dejamos suspendidas de un hilo distintas formas realizadas con limpiapipas: corazones, estrellas, copos de nieve, etc.

Al cabo de 2-3 días, aparecieron los cristalitos de bórax adheridos a los limpiapipas. He de decir que el color de los cristales no tenía nada que ver con el colorante alimentario añadido. Se trataba más bien de cristales transparentes/ blanquecinos que dejaban entrever el color del limpiapipas empleado.

La verdad es que este experimento fue el que mejor nos quedó.

Asombroso. No podéis negar que el parecido con las imágenes de Pinterest es real.

Definitivamente, repetiré la experiencia en cursos venideros.

Cristalización con NaCl y Azulete: «Crystal Garden«

He aquí un fail en toda regla. El peor de todos.

Este es el video en el que nos guiamos para conseguir nuestro árbol de cristales:

Y este es un ejemplo de los fabulosos árboles de cristales resultantes:

 

* POSIBLES CAUSAS –TROUBLESHOOTING:

• No sé si fueron las cartulinas que usamos para hacer los arbolitos que no permitieron ascender la solución por capilaridad hasta las ramas.

SOLUCIÓN: La próxima vez utilizaremos un cartón (pero no de doble capa) tipo las tapas de libretas finas de toda la vida.

• Quizá fue que el Azulete del Carrefour no era de la marca Mrs. Stewart’s (marca disponible solo en los EE.UU) que es el que recomiendan todos los tutoriales de Internet.

SOLUCIÓN: Inviable. Ante esto, no es posible hacer nada excepto viajar en breve de nuevo a las Américas o invertir un dineral en gastos de envío de Amazon.

• También es cierto que nos pasamos con la cantidad de amoníaco, pues añadimos prácticamente la misma cantidad que de azulete (que pudo causar que la mezcla cristalizase en el plato antes de llegar a las ramas impregnadas con el colorante).

SOLUCIÓN: Repetir el experimento siguiendo los consejos del video (solo añadir 10 mL de amoniaco por cada 50 mL del resto de reactivos).

No sé que fue pero, la cuestión es que el jardín de cristal fue un auténtico fracaso.

¡Al menos nos echamos unas risas al ver tremendo resultado!